Los cuadros que pinto son historias hechas de colores. Historias basadas en recuerdos, fantasías, emociones, sueños… no hay reglas, solo ganas de crear y contar. Sobre esta base plasmo la historia que tienes en mente o en tu corazón.

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Te explico cómo lo hago.

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Acordamos un día y una hora para hacer una videollamada o llamada. Me gustan más las videollamadas, porque las encuentro más íntimas, más personales; pero tú decides cómo prefieres hacerlo, lo importante es que te sientas bien y puedas hablar libremente.

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Durante esa conversación te voy haciendo preguntas para:

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• Conocerte mejor (p. ej. Tu color favorito, saber qué recuerdos o situaciones te hacen feliz, qué te apasiona…)

 

• Entender la historia que quieres contar (el nacimiento de un hijo; un día especial en tu vida; una temática concreta o elementos que te hagan sentir bien como el mar, la naturaleza, la lluvia…)

 

• Detalles sobre el cuadro como tamaño o dónde tienes pensado colocarlo.

 

Y, en general, cualquier detalle que surja y que me pueda explicar más de ti.

Toda esta información es la que me inspira luego para pintar un cuadro único, especialmente hecho para ti. Es importante que sepas que se trata de mi interpretación de tu historia, la cuento a mi manera a través de los diseños y colores que ya conoces y que conforman mi estilo.

Nunca muestro las obras antes de que estén totalmente acabadas, ya que mis creaciones varían mucho desde el inicio hasta el final y, sobre todo, para mantener el efecto sorpresa. Una vez la he finalizado, hacemos una videollamada y te la enseño. Ese es siempre un momento muy emocionante para mí y para todos mis clientes.

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A nivel económico fijamos el precio antes de empezar la producción. El 50% se abona como depósito al inicio y el resto, justo antes del envío de la obra.

Puedes hacer encargos para ti, para regalar o para decorar una tienda, un hotel o un restaurante. Dónde hay una pared, siempre se puede colgar un cuadro.